Abad decidió dejar la ciudad para vivir en soledad en una casa campestre
Martín Abad, el artista antioqueño de nacimiento, pero pereirano por adopción, había decidido alejarse de la civilización. Tan solo se acercaba a la ciudad cuando le era absolutamente necesario: a reponer alimentos o a visitar a amigos. Tomó esta decisión hace 43 años, y la ha cumplido hasta el final de sus días.
Sin embargo, Abad falleció en un asilo de ancianos, a la edad de 77 años. No es el modo en que él hubiese deseado morir, pero sus familiares, debido a su precario estado de salud, decidieron que necesitaba unos cuidados, que el mismo no podía darse en su casa campestre.
El artista, se despidió por todo lo alto, pues recientemente formó parte del Salón Nacional de Artistas. Arquitecto de profesión, se enamoró del arte, el color y sus formas, hecho que le llevo a dedicarse en su mayoría a las esculturas. Por todo ello, le dedicaron una estrella de la fama en frente del Uniplex.
Por si fuera poco, se lanzó a la escritura, y logró ganar el IV Concurso Nacional de Novela Ciudad Pereira, basado en los juegos infantiles en Jericó. Martín Abad, un hombre con un estilo de vida peculiar, pero que sin duda rebosaba talento, nos ha dejado. Su legado será el patrimonio que deja al mundo, en especial a los peruanos.